Mejores películas de la década de 1910 en dominio público.
Podemos decir que es en esta década de 1910 cuando realmente el cine comienza a ser tal y como lo conocemos a día de hoy. Tanto los americanos como los europeos, con D. W. Griffith y Charles Chaplin a la cabeza comienzan a crear cine con fines comerciales. De hecho, estos dos, junto con Mary Pickford y Douglas Fairbanks, crearon la productora United Artists a finales de la década de 1910, que desde entonces hasta ahora ha producido filmes de todo tipo, aunque vinculada desde 1982 a la Metro Goldwyn Mayer.
Pero antes de su creación, ya existían los famosos cortometrajes de Chaplin, que llegaba a rodar sesenta al año, las glamurosas películas de Mary Pickford o las aventuras de Fairbanks. Esto sin hablar de las obras del cine mudo con las que nos deleitó Griffith. Otro de los directores importantes que empezó a realizar sus películas fue Cecil B. DeMille, que triunfó con sus filmes de 50 minutos.
Entre las películas de la década de 1910 con Mary Pickford, podríamos destacar The Pride of the Clan (El orgullo del clan), de Maurice Tourneur (1917), Un romance en los Redwoods, de Cecil B. DeMille (1917) o Papá piernas largas, de Marshall Neilan (1919). Del que fuera su marido, Doublas Fairbanks, podemos destacar Aristocracia americana, de Lloyd Ingraham (1916). Ambos hicieron muchas más películas incluso en la década siguiente.
Si tuviéramos que destacar desde aquí alguno de los filmes de la década, como representativos de la misma, podríamos quedarnos con dos de D. W. Griffith y otros dos de Charles Chaplin, aunque siempre hay que decir que la lista queda abierta a gusto de cada uno.
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A nuestro criterio, estas son las cuatro películas que habría que destacar:
1. "Intolerancia" (1916), D. W. Griffith
La lucha del amor y la caridad a lo largo de los tiempos contra la intolerancia: una épica película muda estadounidense, estrenada en 1916, que destaca por sus amplios decorados y por su intrincada estructura argumental. Un alegato a la tolerancia, como respuesta de Griffith a la censura y la controversia que surgió sobre el racismo manifiesto que se encuentra en su película anterior, El nacimiento de una nación (1915).
Una de las epopeyas más impresionantes del cine, Intolerancia abarca el curso de 2500 años y examina los fallos y prejuicios humanos a través de varias escenas dramáticas. Transversal entre cuatro historias separadas: la caída de la antigua Babilonia ante las hordas del rey persa Ciro en 539 a. C., la crucifixión de Jesús, la masacre de los hugonotes en Francia en el día de San Bartolomé en 1572 y una historia contemporánea que trata sobre un hombre condenado injustamente. La intolerancia muestra la propensión de la raza humana a la intolerancia a través de las edades.
La magnitud de la producción de este film palidece cualquier otra producción cinematográfica anterior: costes de producción, número de extras, grandes decorados, efectos especiales,...
Aunque algunos encontraron que Intolerancia tenía grandes inconsistencias, otros cineastas la elogiaron, particularmente en la Unión Soviética, como una profunda influencia en sus obras. Su esplendor visual, especialmente en el segmento de Babilonia, sigue siendo impresionante, incluso en la era de las imágenes generadas por ordenador. La crítica de cine estadounidense Pauline Kael calificó a Intolerancia como "quizás la mejor película jamás realizada y la mayor locura en la historia del cine". La débil recepción de la película por parte del público y la crítica dejó a Griffith desilusionado, pero desde un punto de vista técnico se ha convertido en un hito en la historia del cine.
También hemos de decir que existen varias versiones de la película, ya que Griffith era muy dado a editar sus producciones con posterioridad a su exhibición. Incluso, debido al fracaso en taquilla del filme, hizo que se distribuyeran independientemente trozos de la misma y así Griffith presenta dos películas en 1919, La madre y la ley y La caída de Babilonia, que son partes de la original Intolerancia.
Lo que bien es cierto, es que Intolerancia ha influido en múltiples obras posteriores, y que muchos de los que participaron en la película fueron directores o actores de referencia en el cine mudo americano con numerosas obras, algunas de las cuales están en dominio público y que a continuación mencionaremos.
Podemos ver la influencia de la acción frenética Intolerancia, en producciones posteriores como Robin de los bosques (1922), dirigida por Allan Dwan; Los tres mosqueteros (1921) y El Conde de Monte Cristo (1922), donde George Siegmann participa como actor.
También su influencia puede considerarse importante en las super-producciones posteriores, basadas en el cine-espectáculo, como en El ladrón de Bagdad (1924), protagonizada por Douglas Fairbanks, socio fundador de United Artists junto con Griffith, Mary Pickford y Charles Chaplin.
Uno de los recursos expresivos y narrativos empleados, especialmente en el tramo de "La madre y la ley", es lo que conocemos hoy como el melodrama griffithiano, utilizando un primer plano para exhibir a la víctima herida, su dolor o incluso el goce del personaje malvado. En este sentido, destaca su influencia en el espléndido Erich von Stroheim, que fue ayudante de Griffith y participó como actor en Intolerancia. Posteriormente fue director de notables filmes en la década de los años 1920 y que dirigió, por ejemplo, Esposas frívolas (1922) y otros melodramas extremos, con ambientaciones muy cuidadas y verosímiles.
Pero estas influencias también se pueden rastrear más allá en otros directores que no llegaron a participar en el filme: podemos poner como ejemplo El gran desfile (1925), dirigida por King Vidor, que todavía a día de hoy provoca una conmoción visual y emocional.
En cierto modo, el final de los años 1910 y, por extensión, todo el periodo del cine mudo, es un periodo de influencias. Todos los directores seguían atentamente la producción de sus competidores, con mayor motivo a falta de una tendencia claramente dominante. No sólo se veían los filmes de los grandes realizadores, nacionales y extranjeros, sino que se tenía especial cuidado con los plagios, que eran muy frecuentes por la carencia de mecanismos de autocontrol de las productoras y del gran número de pequeños estudios independientes
Claro ejemplo de ello está en que el fracaso de Intolerancia entre el público americano contrasta con la recepción de la película en otros países como la Unión Soviética. El film de Griffith impactó enormemente en Lenin, que pidió una copia para exhibirla en todo el territorio soviético. Realizadores como Eisenstein o Pudovkin fueron influenciados decisivamente por este filme, que pasó a ser considerado como su obra de referencia más importante. En efecto, no volverá a verse un montaje alternado con un ritmo tan frenético hasta El acorazado Potemkin de Eisenstein (1925). Eisenstein afirmaba que Intolerancia fracasó porque «se interpretó como una combinación de cuatro historias diferentes, más que una fusión de cuatro fenómenos en una generalización imaginaria única. Griffith anunció su película como un drama de comparaciones. Y eso es lo que queda de Intolerancia: un drama de comparaciones, más que una imagen generalizada, poderosa y unificada».
No obstante, el interés del gobierno soviético por la obra de Griffith fue de tal magnitud que algunos filmes que se daban por desaparecidos en Estados Unidos fueron hallados hace pocas décadas (en los años ochenta del siglo XX) en la Unión Soviética, como sucedió con Un mundo aparte (1919) o Días Rojos (1919).
[Imprescindibles: Intolerancia] [📽 Ver película y su ficha]
2. "Vida de perro" (1918), Charles Chaplin
Vida de perro fue el trabajo más largo de Chaplin hasta la fecha, con la grabación completada el 22 de marzo (seguida de casi una semana de intensa edición). Al expandir su material a algo más de 30 minutos de duración, Chaplin se enfrentó a la tarea de estructurar su narrativa de una manera más disciplinada. Si bien trabajó mucho como siempre en términos de desarrollar el humor dentro de las escenas a medida que avanzaba y se le antojaba, Chaplin ahora encuentra necesario desarrollar al menos un mínimo de una columna vertebral de la historia, de la cual cuelga el humor llenando adecuadamente el nuevo tiempo de ejecución de las películas.
Una forma de ampliar la duración de sus películas era centrarse en los personajes. El vagabundo de Chaplin siempre había estado en el centro de sus películas y, por lo tanto, había disfrutado de un mayor alcance en términos de desarrollo de personajes a lo largo de los años, desde la figura extravagante y despreocupada de los días de Keystone, hasta el ser humano más matizado y mejor desarrollado en Essanay y, especialmente, los cortos de la Mutual. Ahora volvió el centro de atención del personaje hacia otros. Podría decirse que la cantante de bar que interpreta Edna Purviance está un poco más desarrollada que algunos de sus roles anteriores, e incluso los carteristas y el vendedor del carro de los perritos calientes obtienen un poco más de tiempo y acciones de lo que se les permitiría en un simple filme de dos carretes (20-25 minutos).
Si bien Chaplin comenzaba a desarrollar historias más complejas, su estilo de cámara se mantuvo restringido y consistía en gran medida en tomas de un escenario o simples tomas frontales de los personajes principales en cualquier escena. Hay poca innovación visual o experimento para discernir en Vida de perro, excepto por el paso inusual de filmar Scraps y los otros perros con pocos o ningún humano en la escena, siguiendo las aventuras del perro en paralelo con las del vagabundo (que está tratando de "liberar" un perrito caliente). El atuendo del vagabundo se ha modificado ligeramente; tiene una apariencia más "vagabunda", ya que ha perdido la corbata y el bastón; se cree que Chaplin dejó caer este último debido a la necesidad de agarrar la correa del perro, y también porque comenzaba a sentir que confiaba en ella poco para utilizarla como cómico.
Vida de perro termina en una escena de satisfacción inusual, casi de fantasía, para el vagabundo. Ha cumplido su promesa a Edna de mudarse al campo (convirtiéndose en agricultor en el proceso, aparentemente), y parece tener un bebé, si es lo que nos indica la presencia de una cesta. En un final cómico, se nos muestra que la cesta contiene a Scraps y sus cachorros... Una especie de familia para Edna y el pequeño vagabundo.
[Imprescindibles: Vida de perro] [📽 Ver película y su ficha]
3. "Lirios rotos" (1919), D. W. Griffith
La diferencia entre un romance en el cine mudo presentado por Griffith y cualquier otro productor es la diferencia misma de la calidad distintiva del propio arte.
En Lirios rotos hay tantas maravillas del arte de la cámara que se han inventado simplemente para resaltar los puntos más finos del tierno romance, que el público da por sentadas muchas de ellas, aunque para la mayoría del resto de productores esos efectos se consideran técnicamente maravillosos. Griffith consigue hacernos ver cosas que otros no son capaces a través de su íntimo sentido de la poesía visual, la iluminación y el estado de ánimo.
Thomas Burke, que escribió "Limehouse Nights", de la que Griffth se tomó la historia del chino y la niña para ilustrar su fina filosofía de la humanidad, la religión y el arte, habla a menudo de ese distrito bastante lúgubre. Atraca en Londres, donde se reúnen los extraños marineros de todas partes del mundo. Las calles, que están pobladas por estos personajes, eran anteriormente terrenos pantanosos sobre los que se construyó, que se fueron robando en el transcurso de los años al brumoso río. Así es que cuando en otros lugares los cielos son hermosos, este distrito está envuelto en nieblas, cubierta adecuada para los actos de odio y crueldad que tan a menudo tienen lugar allí. Ahora bien, una cosa es ver y experimentar una niebla; y otra muy distinta fotografiarla. En una fotografía fija, se puede obtener un efecto de niebla de manera relativamente sencilla, pero es obvio que para la cámara cinematográfica no resulta tan fácil si los acontecimientos que se suceden detrás de la bruma tienen que ser grabados. Sería interesante saber qué dolores de cabeza y cuánto dinero gastó Griffith al experimentar la técnica para obtener este resultado. El efecto lo consiguió finalmente de manera espléndida, porque a la calidad artística de Griffith hay que añadir su persistencia. Baste decir que para obtener el éxito en esta película, el productor gastó más dinero en Lirios rotos (con su pequeño elenco), que en El nacimiento de una nación, que empleaba ejércitos enteros de personas.
[Imprescindibles: Lirios rotos] [📽 Ver película y su ficha]
4. "Charlot emigrante" (1917), Charles Chaplin
En este cortometraje, Charles Chaplin viaja en barco desde Europa, junto a otros emigrantes, hacia Nueva York. Durante el viaje se ve inmerso en varios enredos, pero también se enamorará, ya que quedará embobado por una chica que hace la travesía con su madre enferma y, con el estilo caballeresco de su personaje, ayudará a las mujeres a subsistir ante la miseria y las dificultades. Tras desembarcar y una vez en Nueva York, se encuentra sin trabajo y sin dinero en una sociedad receptora hostil, que desprecia a los recién llegados. Un buen día encuentra un moneda y, hambriento, decide ir corriendo al restaurante, donde encontrará a la chica del barco, triste por la muerte de su madre. Juntos empezarán nuevos proyectos.
Charlot / El pequeño vagabundo era un inmigrante en los Estados Unidos que trataba, con gran esfuerzo, de mantener su dignidad y seguir viviendo “como si” permaneciese en un mundo ya periclitado. En palabras de André Bazin “El chaqué de Charlot es la armadura de Don Quijote” (Bazin,1973). Y, como Don Quijote, la vestimenta de Charlot ha sido construida reciclando unos pantalones y unos zapatos de otras personas (demasiado grandes para él), y una chaqueta demasiado pequeña.
Charlot es un inmigrante que trataba de permanecer ciego a la constatación de que la tierra prometida no es el paraíso perdido.
La ambigüedad risa/compasión por el inmigrante –y todos los norteamericanos, salvo los indios nativos, eran inmigrantes o descendían de inmigrantes- fue la clave del éxito de los films de Chaplin. Al mismo tiempo, Chaplin se encontraba apresado él mismo en una posición de ambigüedad: de un lado era el máximo exponente del sueño americano y del otro era el crítico más popular y eficaz de ese mismo sueño americano.
La escena -censurada en algunas versiones- donde Chaplin golpea a un oficial de inmigración fue citada, años más tarde, como prueba del antiamericanismo del cineasta, en la época en que fue perseguido por el conservadurismo estadounidense y que supuso su marcha a Europa. Posteriormente, el filme fue seleccionado para su preservación en el Registro Nacional de Películas de Estados Unidos.
[Imprescindibles: Charlot emigrante] [📽 Ver película y su ficha]
Otros filmes destacados de la década
También podríamos mencionar otras buenas películas de la época de otros directores destacados, que décadas más tarde continuaron con sus creaciones de calidad. Si bien no están a la altura de los dos primeros en la década de 1910, sus primeras creaciones también son dignas de ser mencionadas. Algunas de ellas podrían ser:
- Regeneration (1915), de Raoul Walsh, una de las primeras muestras del cine de gánsteres por uno de los grandes realizadores y narradores del clásico, que además llevaría el género a cotas extraordinarias. Es el germen de lo que serían los films de los años 30 y 40 hasta llegar a los Scorsese, e incluso Tarantino. No es perfecta, pero es esencial. Fue, además, el debut del maestro. Primera película de la Fox.
- Corazón Olvidado (1919), de Erich von Stroheim, siempre brillante en los estético, aquí en uno de sus primeros trabajos con un triángulo amoroso en un drama ambientado en los Alpes. Lejos de otras genialidades que realizaría en la década posterior, pero rezumando ambigüedad y sensualidad, logra un filme a tener en cuenta.
- La estafa (1915), de Cecil B. DeMille, un mediometraje con suficiente enjundia para traerlo aquí. Seguramente la primera gran obra de DeMille, que innova y saca partido a todos los aspectos técnicos que se venían sugiriendo, así como a los narrativos. El juego con la iluminación, la profundidad de foco, variedad de planos… No tiene la fama de otras, quizá por ser un mediometraje y no tan espectacular, pero sí muy importante dentro de los primeros pasos que forjaron la narrativa clásica.
Y mención especial deberían tener otras películas de los mismos autores que mencionábamos al inicio de este artículo; podríamos indicar de Charles Chaplin Armas al hombro (1918), que no desmerece a ninguna de las que destacábamos, Charlot en la calle de la paz (1917), El aventurero (1917); u otra de las que podríamos meter también dentro de las destacadas El nacimiento de una nación (1915), de D. W. Griffith.
